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Solemos creer que una vez que el paciente entra entra en tratamiento, el problema de la dependencia esta resuelto. Los familiares viven las recaídas y los abandonos terapéuticos como un fracaso total más relacionado con la “falta de voluntad” del paciente, que con el mismo proceso evolutivo de la enfermedad de la adicción.
Las adicciones son una enfermedad y es necesario abordarlas como tales. No debemos olvidar, que entre otras cosas, los tóxicos alteran la manera de pensar de los pacientes, así como la forma de entender lo que se les dice y sugiere. Es complejo conseguir que las ideas y los consejos lleguen a un paciente con un problema de dependencia. La paciencia y perseverancia son fundamentales.
Frente a un paciente que se está planteando el abandono del proceso terapéutico, es comprensible que las familias se frustren o desilusionen. Pero recuerde que en el tratamiento de adicciones no hay soluciones inmediatas y el proceso puede llevar bastante tiempo. No es suficiente con decirle a su familiar que ponga voluntad, las ganas solas no son suficientes para solucionar las adicciones, las enfermedades no se curan solo por voluntad propia.
Desde luego que la voluntad y el esfuerzo por superarse son muy importantes, sobre todo en lo que concierne a los cambios del estilo de vida, pero por sí mismos no resolverán la enfermedad de la dependencia.
Cuando una persona piensa en abandonar el tratamiento, es fundamental volver a motivarla, pero si esto no funciona, guarde la calma y ahorre energías. Tal vez, lo que no funciona hoy, si funciona en dos días o en una semana. El enfado y el castigo no funcionan. No abandone a su familiar al olvido. El hecho de que un familiar abandone la terapia, no significa que la familia deba hacerlo. En el proceso de terapia con familiares siempre se debe abordar la posibilidad de que estas situaciones ocurran, de modo que los familiares aprendan a reaccionar mejor ante estas situaciones.
Siempre será importante motivar al paciente, y reforzar la idea de que aún en una recaída, el/ella tiene recursos suficientes para salir adelante. Hacerle saber que continuara recibiendo el apoyo familiar y del equipo de tratamiento para seguir con el proceso de rehabilitación pero enfatizando la responsabilidad que le corresponde en el proceso de recaída y la superación de la misma.