Más información Telf. 93 201 98 56
Con frecuencia los familiares de un toxicómano, acuden a nuestro centro para solicitar consejo, relacionado con la forma de poder implicar en un programa de tratamiento a un familiar cercano (esposo, hijo, madre, etc.), que padece de un trastorno adictivo, a una o varias sustancias (alcohol, tranquilizantes, cannabis, cocaína, etc.), sin conciencia de enfermedad.
Estos familiares generalmente acuden a la visita con evidentes síntomas de ansiedad y depresión reactivos a la problemática que genera el consumo del adicto en la familia. Refieren no saber como lograr que su familiar acepte ser evaluado por un profesional, a pesar de sus múltiples intentos de convencerles y que casi siempre esto deriva en discusiones, y empeoramiento del objetivo a lograr.
Es importante escuchar y evaluar cada situación en un ámbito particular, pues no siempre se pueden aportar esquemas y fórmulas de actuación válidas para todos los casos. Sin embargo, las características de la enfermedad “adicción”, hacen que si se puedan tener en cuenta varios aspectos comunes.
En el transcurso de la mayoría de trastornos adictivos, es destacable la escasa conciencia de enfermedad, que no permite aceptar la pérdida del control cuando se consume la sustancia problemática y esto se acentúa si el patrón de consumo es irregular.
El principal objetivo de este documento es facilitar información útil a los familiares de pacientes con adicciones, acerca del manejo adecuado de diversas situaciones que puedan presentarse en el hogar.
Consejos útiles:
-La adicción es una enfermedad, no es un vicio, por tanto, su familiar está enfermo y no debe censurarlo por esta razón, sino ayudarle.
– Cuando su familiar le enoje, recuerde que está enfermo, a no ser que compruebe alguna mala intención en su actuación.
-Si desea convencerle de que necesita ayuda, sea ecuánime y paciente. Deseche el rencor, no sea regañón/a ni se considere su salvador/a.
– Es necesario buscar un momento adecuado para aconsejarle, y nunca debe ser cuando su familiar está en estado de intoxicación, es decir bajo el efecto de la sustancia, pues casi seguro estará alterada la función del pensamiento, la conducta, y/o la sensopercepción (alucinaciones, etc.), provocando una respuesta distorsionada, con importantes cambios de humor, irritabilidad y hasta agresividad verbal y/o física.
– Se recomienda abordar con el familiar (toxicómano), esta situación preferentemente al día siguiente del consumo, pues con frecuencia experimentará sentimientos de culpa o arrepentimiento y no olvidará los consejos aportados.
– Si no hay un resultado positivo, tras varios intentos de convencerle en el abandono de la adicción, sería conveniente buscar alguna figura significativa (amigo, compañero de trabajo, otro miembro de la familia, etc.), que pueda tener buena influencia en el paciente y le permita reflexionar acerca de su comportamiento adictivo.
– Nunca utilice palabras o frases que pueden resultar ofensivas como drogadicto, yonqui, alcohólico, etc. Simplemente enumere las situaciones problemáticas (problemas de salud, trabajo, economía, descuido de responsabilidades, etc.), que aparecen cuando consume.
– Es recomendable, si no acepta los consejos iniciales, sugerirle que usted podría estar equivocado o exagerando la situación y que lo mejor sería visitarse con un especialista, para que evalúe mejor la situación y defina la existencia o no, de un problema.
– Si esto sucede el profesional de la salud deberá motivar y empatizar durante la entrevista al paciente, para que acepte participar voluntariamente en alguno de los programas que ofrece el Centro Bonanova.
– Recuerde que se necesitará tiempo para convencerle y que se debe dialogar sin discutir.