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Adictos a Internet

La adicción no es sólo tomar drogas. Existen muchas conductas que pueden considerarse potencialmente adictivas sin la necesidad de consumir ninguna sustancia tóxica. Estos comportamientos no químicos seguramente para todos nosotros son conocidos, como el juego, el sexo, el trabajo o las compras.

Muchas de estas conductas, cotidianas en nuestras vidas, pueden derivar en un patrón abusivo que impacte negativamente en nuestras relaciones sociales afectando en muchas de sus áreas como la familia, la pareja, el trabajo, problemas económicos, problemas legales, etc.

Cuando en la realización de una de estas actividades, en un inicio placenteras, se produce una pérdida del control, una dependencia desmesurada -ya sea en términos de frecuencia e intensidad de la práctica o en la cantidad de dinero invertido- y una interferencia negativa en las relaciones sociales, laborales y familiares es cuando estamos hablando de una adicción.

Actualmente, con la extendida difusión de Internet, está apareciendo un nuevo tipo de comportamiento adictivo en la sociedad. Las apuestas on-line, los juegos de rol o de estrategia, la descarga de contenidos pornográficos o los chats entre otros, está provocando que muchas personas creen unos vínculos de dependencia con estos contenidos.

No cabe ninguna duda que puede considerarse que el ordenador/Internet sea sólo el medio para satisfacer la necesidad de la adicción. Por ejemplo, una persona que utilice la red para descargar contenidos sexuales, o hacer apuestas on-line de una forma descontrolada sea considerada una persona adicta al sexo o al juego. Pero aunque esto sea cierto, sí que considero que actualmente está apareciendo un nuevo tipo de adicción que involucra ambos factores: la adicción en sí, y el medio. Sin ir más lejos, se dan casos, que la persona sólo resulta adicta al juego si lo hace a través de Internet.

La necesidad de incrementar las cantidad de horas en Internet para lograr su satisfacción y el síndrome de abstinencia -entendido como la sensación de angustia y nerviosismo si no se puede conectar- se ponen cada vez más de manifiesto entre la población -adolescente o no- en relación a su uso. Estas circunstancias están provocando que se dejen de hacer o se reduzcan las actividades sociales, recreativas o laborales a causa del uso de Internet.

La falta de sueño, el insomnio, retrasos en citas, abandono de las responsabilidades, aislamiento social, depresión, ansiedad, angustia, alteración del humor, impaciencia por la lentitud de las conexiones, estado de conciencia alterado o irritabilidad son sólo algunas de las consecuencias de esta “moderna” adicción que a la larga provocan el deterioro de la salud.

La explicación de la adicción a Internet, en mi opinión viene dada por la rapidez, accesibilidad e intensidad de la absorción de la información de la misma manera que la adicción a una sustancia tóxica viene dada por la rapidez de absorción directamente proporcional al potencial adictivo de dicha droga.

Me explico: las relaciones sociales son algo que crean sensación placentera y llenan a la persona, pero dada su dificultad e imposibilidad de relacionarse con muchas personas a la vez debido a los límites que impone la sociedad misma o la timidez del individuo, no pueden realizarse constantemente.

Ahora bien, en Internet se rompe con este esquema. En las relaciones sociales virtuales (chats, redes sociales, juegos on-line) se puede mantener distintas conversaciones con distintas personas, expresarse sin vergüenza, dar opiniones diversas, etc. Esto mismo sucede con el juego de apuestas, poker on-line o el consumo de sexo virtual, en que el usuario puede “consumir” esta actividad sin la necesidad de estar presencialmente en el lugar, sin la limitación del tiempo, con la inmediatez de la práctica y con el anonimato que ayuda a que la acción se lleve a cabo.

Por lo tanto, Internet ayuda a aquellas personas con un déficit en la personalidad, ya sea en habilidades sociales, timidez o algún tipo de complejo, a crear una personalidad ficticia-virtual dónde la persona crea una vida paralela a la real. Entendido esto, podemos diferenciar dos tipos de adicciones a Internet: la que cubre la estimulación solitaria (búsqueda de información, apuestas, contenidos pornográficos, descarga de música, juegos, etc.) y la búsqueda de interacción social (chats, videollamadas eróticas, juegos de rol, juegos de poker, etc.).

En la mayoría de los casos, la adicción a Internet se hace difícil de detectar. El principal problema con el que nos encontramos como en toda adicción, es la negación de la persona adicta, que tenderá a negar la dependencia justificándose en la utilidad que tiene este medio. Aún así, las demandas de ayuda por problemas relacionados con el uso de Internet ha incrementado en los últimos años.

Internet a día de hoy está muy presente en nuestras vidas, y por la tanto no debemos tomarnos a la ligera unos comportamientos fuera de lo normal en relación al abuso de este medio. Si lo hacemos, puede tener unas consecuencias negativas sobre nuestro equilibrio psicológico, nuestras obligaciones y nuestro entorno social y familiar.


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